La presencia de especies exóticas en España no es una novedad; sin embargo, con el fenómeno de la expansión del comercio y la internacionalización, el movimiento de distintas especies y su presencia en hábitats alejados de sus zonas de origen ha tenido un aumento espectacular, creando notables distorsiones con su presencia en aquellas zonas en las que no existe un competidor natural.
En España, precisamente por la gran variabilidad climática y el gran número de regiones con características muy diferentes en espacios relativamente cortos, la irrupción de estas especies va teniendo efectos muy negativos. Hay que tener en cuenta que nuestro país tiene el mayor número de endemismos de Europa y una grandísima diversidad biológica, por lo que la introducción de nuevas especies sin competidores podría alterar muy notablemente nuestros ecosistemas además de daños en los cultivos, a infraestructuras, a la sanidad vegetal e, incluso, a la salud pública, siendo por tanto algo más que un potencial riesgo para la seguridad.
Para poder combatir la expansión de estas especies, es necesario conocer bien su ciclo biológico para determinar qué medidas aplicar y en qué momento realizarlo. Además, un buen conocimiento de fauna y la flora podría permitir plantearnos el desarrollo de medidas de lucha biológica. En este sentido, los ingenieros agrónomos somos una de las especialidades profesionales que, por nuestra formación, puede participar en el estudio y la aplicación de medidas contra estos invasores.
El marco normativo que actualmente rige en la lucha contra este conjunto es el Real Decreto 630/2013, que incluye un catálogo completo de especies de las que se prohíbe la posesión, el transporte, el tráfico y de las que se establecerán medidas para la destrucción o devolución. La competencia a nivel nacional la ejerce el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente.
A modo de ejemplo, podemos enumerar algunas de las especies exóticas invasoras más conocidas: el cangrejo rojo americano Procambarus clarkii, originario del golfo de Méjico e introducido en la década de los 70 en el Guadalquivir y ya extendido a casi toda la península ibérica; el mejillón cebra Dreisenna polymorpha originario de la zona del Mar Caspio y actualmente invadiendo zonas del Ebro, que tiene una rapidísima proliferación y afecta gravemente tanto a especies locales como a infraestructuras; el caracol manzana Pomacea maculata especie de origen sudamericano e introducida alrededor de los años 2000-2010 como especie ornamental a partir de acuarios, ha colonizado ya extensas zonas del delta del Ebro y supone un gran problema para el cultivo de arroz por su voracidad con esta planta; el jacinto de agua o camalote Eichhornia crassipes planta acuática originaria también de sudamérica y que está invadiendo el río Guadiana con el consiguiente deterioro de su biodiversidad y el riesgo de contaminación y falta de oxigenación del agua, además de limitar las actividades que puedan realizarse en sus aguas; el picudo rojo Rhynchophorus ferrugineus originario de Asia, es un gorgojo rojizo de gran tamaño introducido en España en 1993 que se ha convertido en una preocupante plaga que afecta seriamente a las palmeras.
Son sólo unos ejemplos del riesgo que supone esta entrada de estos ejemplares en nuestro país y que ha aumentado enormemente en el último cuarto de siglo.
Os recomendamos pinchéis el siguiente enlace, que os dirigirá a una noticia aparecida recientemente en el diario El Mundo y que incluye un breve reportaje en vídeo sobre la invasión del jacinto de agua en el río Guadiana.
Enlace noticia y vídeo El Mundo – Jacinto de Agua en el Guadiana